Financiamiento y colaboración internacional: Factores clave en la acción por el clima

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En estos momentos que nos enfrentamos a una emergencia climática que nos desafía a disminuir drásticamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) como lo planteó en su análisis el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas -frenar el calentamiento o al menos evitar que sea mayor a 1.5°C- observamos algunas cifras que nos recuerdan lo relevante y crucial de actuar con mayor celeridad en la acción por el clima.
Basta con señalar que gran parte de las emisiones globales de GEI provienen de la generación de energía representando estas a un 75% de las emisiones totales y que las emisiones producto de la generación de electricidad representan un 25%.
Por otra parte, nuestra Ley Marco de Cambio Climático aprobada en 2022, señala que al 2050 debemos ser climáticamente neutrales, todo un desafío considerando que, hoy tenemos una generación de energía de un 17% a partir del carbono con una capacidad instalada de 4.200 MW.
En tanto, si repasamos lo ocurrido en 2022, observamos que las emisiones globales de CO2 asociadas a la generación de energía crecieron en un 0,9% o 321 Mt alcanzando un nuevo máximo de 36.8 GT.
Asimismo, el crecimiento de las emisiones de CO2 fue menor al del crecimiento del Producto Interno Bruto (3,2%), mientras que un fuerte crecimiento de las energías renovables limitó las emisiones producto de la generación a carbón.
Dicho lo anterior, es necesario consignar que el financiamiento, la tecnología y la cooperación internacional son factores decisivos para acelerar la acción por el clima, y que, para alcanzar los objetivos climáticos, el financiamiento climático en tecnologías cero emisión deberían multiplicarse entre 3 y 6 veces comparados con la inversión climática actual.
La buena noticia es que, existe suficiente capital para reducir rápidamente las emisiones, y lo que debemos hacer con prontitud es redirigir parte de dichas inversiones hacia proyectos que descarbonicen realmente la matriz energética.
Si analizamos el caso de los países en desarrollo, observaremos que ellos requieren financiamiento externo para cubrir las necesidades de mitigación.
Otro aspecto clave en la lucha contra el cambio climático es el desafío de hacer que estas tecnologías limpias sean viables y accesibles económicamente. Para ello se requerirá, entre otros, de mayor gasto en investigación y desarrollo, así como también lograr una masificación de estas nuevas tecnologías.
Solo de este modo podremos avanzar en el sentido de urgencia que la ciencia nos indica.