Humberto Verdejo y propuesta de 9 empresas renovables: «Produciría una distorsión en el mercado que involucraría costos adicionales al sistema»

Comparte en:
La carta presentada por nueve empresas generadoras de energía renovable, que piden un cambio a la estructura del mercado eléctrico, abrió un nuevo debate, que sido comentados por un grupo de asociaciones gremiales y consultores. Desde el ámbito de la docencia, Humberto Verdejo, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, aborda este tema con ELECTROMINERÍA, sosteniendo que es evidente que hubo un manejo no adecuado del riesgo por parte de algunas empresas.
En la misma línea indicó que “los motivos que han producido los problemas en las cadenas de pago de las empresas firmantes de la propuesta afectan de la misma forma a todos los incumbentes del mercado de generación. Por lo tanto, el riesgo era conocido al momento de construir nuevos proyectos y presentar ofertas con precios de energía tan bajos en los procesos de licitaciones de suministro para clientes regulados”.
¿Cómo analiza la carta de 9 empresas de energía renovable pidiendo cambiar la estructura del mercado eléctrico?
Indudablemente hace evidente el problema estructural que tiene el sistema eléctrico en relación al retraso de las obras de transmisión. Por otro lado, estas son parte de las consecuencias de aplicar medidas para resolver problemas de corto plazo, que dicen ser acciones “transitorias”, pero al final del día se transforman en permanentes. Me refiero particularmente a los mecanismos de estabilización del precio de la energía conocidos como Pec 1 y 2.
Adicionalmente, queda en evidencia el manejo no adecuado del riesgo por parte de algunas empresas. Es un hecho de la causa que la transmisión siempre ha tenido tiempos de construcción mucho mayores que los proyectos de generación. Los motivos que han producido los problemas en las cadenas de pago de las empresas firmantes de la propuesta afectan de la misma forma a todos los incumbentes del mercado de generación. Por lo tanto, el riesgo era conocido al momento de construir nuevos proyectos y presentar ofertas con precios de energía tan bajos en los procesos de licitaciones de suministro para clientes regulados.
Ante el argumento anterior, la respuesta es que no todos tienen las mismas espaldas para afrontar el riesgo, lo cual es cierto. Sin embargo, es de responsabilidad de cada incumbente evaluar hasta donde asume el riesgo que es por todos conocidos.
En un escenario tan complejo como el actual, considero que no es conveniente pensar nuevamente en una solución transitoria como la propuesta por un grupo de empresas del rubro renovable. Lo anterior no significa, bajo ningún punto de vista, el equivalente al término “sálvese quien pueda”. Sería prudente y adecuado identificar claramente cuáles son las empresas que tienen insolvencia en sus flujos de caja e implementar medidas de solución que sean focalizadas.
¿Qué impacto tendría este, de concretarse esta propuesta?
Produciría una distorsión en el mercado que involucraría costos adicionales al sistema que sí o sí serán asumidos directamente por los clientes libres y regulados. Por otro lado, el fijar un precio arbitrario para resolver el problema que tienen las renovables solo profundizaría la crisis actual, puesto que sería una señal directa para seguir construyendo proyectos en los bloques horarios en que se producen los problemas reportados.
Adicionalmente, no sería un incentivo para la incorporación de sistemas de almacenamiento masivos, puesto que la señal para los inversionistas sería totalmente engañosa y contradictoria.
Finalmente, los costos de seguridad del sistema se incrementarían, producto del mayor requerimiento de servicios complementarios. Esto seguirá siendo de esta manera hasta que se implementen sistemas de almacenamiento masivos y se incorporen prestaciones adicionales a las tecnologías renovables.
A su juicio, ¿a qué se debe la oposición de esta propuesta, por parte de otras generadoras y de clientes libres?
Considero que más que una oposición, es una señal a que se debe regular el sector eléctrico con medidas de largo plazo. La experiencia ya nos muestra que las soluciones a problemas de corto plazo resultan ser totalmente ineficientes y costosas para el usuario final.
Es urgente revisar el modelo de remuneración del mercado de generación mayorista y adecuarlo al contexto actual. Sin embargo, la discusión debe darse con altura de miras y resguardando que el sistema eléctrico funcione adecuadamente para el beneficio de los usuarios finales.
Esta propuesta, ¿qué efecto tendría en las centrales de energía renovable variable?
En las horas del día en que ocurran vertimientos y desacoples, se propone que las empresas que “pierdan energía” y sean remuneradas a valor cero, reciban un ingreso igual al mínimo técnico de las centrales térmicas. De acuerdo con la propuesta presentada al Gobierno, esto permitiría resolver los problemas de insolvencia en sus respectivos flujos de caja.
Sin embargo, no resuelve el problema de fondo del sistema y pudiese traducirse en otras distorsiones asociadas a la implementación de la propuesta. Dichas distorsiones se traducirían en costos adicionales para garantizar la seguridad del sistema y que evidentemente se traspasaría a los cargos que pagan los usuarios finales.
¿Cómo impactaría esta propuesta a la operación del sistema eléctrico?
En términos generales, el aplicar una medida como la propuesta definitivamente incrementará los costos de energía en el corto y mediano plazo, los cuales deberán ser asumidos sí o sí por los clientes libres y regulados. Los costos que dan seguridad al sistema se incrementarán y se traspasarán a precio de energía en los contratos de las licitaciones de clientes regulados vigentes y futuras, así como también lo que pagan los clientes libres.
De acuerdo con un cálculo simple, el hecho de hacer funcionar toda la capacidad solar del sistema, durante 8 horas al día y 365 días del año, tendría un costo adicional anual que fluctuaría entre los 1.500 y 2.000 millones de dólares al año. Dicho serán pagados por todos los usuarios del sistema.
En resumen, la propuesta artificial de valorizar a “mínimo técnico” implicará derechamente mayores costos para las licitaciones actuales y futuras de suministro regulado y, al mismo tiempo, mayores costos para los clientes libres. Por lo tanto, la alternativa de solución que se propone no es técnicamente adecuada.